Durante el proceso de aprendizaje, el docente debe estar alerta al
comportamiento de los estudiantes en el acto comunicacional, porque muchas
veces a pesar de que ésta última sea realmente didáctica los receptores pueden
llegar a ser inconexos. Estos casos se presentan generalmente por ruidos en la
comunicación, entendiéndose por ruido cualquier factor que limita o
distorsione el mensaje. Los estudiantes pueden generar los siguientes tipos de
ruidos:
a.- Neurológicos.
b.- Psicológicos.
c.- Filtraciones.
d.- Semánticos.
e.- Sobrecarga.
f.- Juicios de valores.
Se debe entender que cuando una persona presenta ruido neurológico,
sus impulsores cerebrales no están funcionando a plenitud y pueden estar
sufriendo interferencias al pasar de una célula a otra. Este desorden
puede ser leve, en cuyo caso, a veces es imperceptible al docente, pero en
ocasiones es demarcado y es fácilmente observable porque se traduce en
conductas atípicas.
El ruido
psicológico se presenta cuando hay interferencia en la transformación
de la señal en mensaje, estos casos tampoco son difíciles de detectar.
Generalmente una persona con temor para hablar tiene
una alta probabilidad de presentar ruido psicológico.
Las filtraciones
del receptor ocurren cuando este intencionalmente modifica el mensaje
elaborado como respuesta para hacerlo más favorable al emisor, por ejemplo,
cuando un estudiante emitiendo una respuesta a un docente, trata de hacer la
información lo más favorable posible, es decir conforme a lo que piensa que le
gustaría oír al docente, las filtraciones son frecuentes en los grados
inferiores, quienes en su empeño de estar bien con los docentes tienden a
filtrar la información.
La semántica es
el estudio del significado en el lenguaje. La mayoría de los mensajes son
enviados a través de palabras y éstas eventualmente no son precisas. Muchas
palabras, además de tener diferentes significados, a veces pertenecen a un lenguaje
técnico o muy especializado. Si el lenguaje en que se recibe el mensaje no es
común para el receptor muy probablemente su entendimiento y de hecho su
capacidad de respuesta disminuya significativamente.
La sobrecarga
en la información constituye otra forma de ruido en la comunicación.
Muchos docentes acumulan información durante varios días o semanas y luego se
la entregan a su alumno en una o varias horas de trabajo, lógicamente la
efectividad del receptor en procesar esta información disminuye de una manera
importante.
Los valores que
practique el receptor también influyen en la captación del mensaje y pueden
llegar a producir ruido en la comunicación, por ejemplo, cuando el receptor ha
tenido experiencias previas con el emisor, sobre un tema en particular, puede
anticipar el contenido o significado del mensaje. Por lo cual como juzgue el
receptor la información del emisor puede ser un ruido determinante en la
comunicación.
Un factor
íntimamente ligado a los valores es la credibilidad, si el receptor tiene fe y
confianza en el emisor y lo considera honesto en sus mensajes, su disposición
es a recibir la información tal como lo ha organizado el comunicador y al
contrario, si las experiencias previas han forjado desconfianza en el receptor,
el grado de credibilidad en éste será bajo, lo cual afecta directamente el cómo
reciba y reaccione sobre el mensaje.
Bibliografía:
El Docente y la Comunicación en el Aula.
http://www.monografias.com/trabajos15/comunic-didactica/comunic-didactica.shtml#ixzz3h1rBj6ZT
El Docente y la Comunicación en el Aula.
http://www.monografias.com/trabajos15/comunic-didactica/comunic-didactica.shtml#ixzz3h1rBj6ZT
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