En la gerencia del aula, el
desarrollo de los aprendizajes depende de las estrategias y los métodos de
enseñanzas, los cuales siempre orientan a actividad comunicacional. Esta
actividad casi siempre es preparada por el docente quien estimula el desarrollo
comunicacional en el marco de la estrategia, o los métodos de enseñanza, sin
embargo, hay algunas reglas de carácter general que debe caracterizar toda
expresión verbal del docente. Estas son: la voz, el control visual y el control de movimiento y expresión corporal.
La
Voz.
La voz es producto del aire expelido
por los órganos respiratorios que al pasar por la laringe hace vibrar las
cuerdas vocales y emiten el sonido voz. Por esta razón cuando un docente
pierde parcialmente el tono original de la voz o manifiesta pérdida de la
última palabra o sílaba de la frase y no puede mantener la potencia de la
voz; lo más probable es que tenga escasez de oxígeno. Esto proviene
naturalmente por cuestiones emocionales. Lo mejor en estos casos es aspirar o
fundamente tratando de relajar el cuerpo, siendo un esfuerzo mental para
alcanzar el equilibrio. La aspiración profunda garantiza la capacidad pulmonar
necesaria para expeler el aire querido para mantener la voz.
Desde luego que esto solamente no basta,
es necesario también el control del tono (modulación) de voz dependiendo
del tamaño del ambiente de trabajo o si se utiliza micrófono. Sí es una
exposición natural, (sin elementos eléctricos), la función mecánica de
la lengua, los labios y las mandíbulas son preponderantes. Por otra parte, el
tono de voz tiene que ver directamente con las cavidades del tórax y de los
senos nasales que por sus vibraciones le dan la resonancia adecuada para que se
escuche a distancia.
Estas aclaratorias son evidencias que
para un buen control de la voz durante una comunicación oral en grupo, la
normalización del ritmo respiratorio junto con el dominio de los
demás órganos que participan en el proceso es vital, de otra manera se corre el
riesgo de caer en malos hábitos, por ejemplo hablar entre dientes, con los
labios casi cerrados o producir sonidos deformes.
También se hacen presentes las típicas
"muletillas". La variación del ritmo de exposición que se traduzca en
modulaciones para destacar algunas informaciones, ayuda significativamente en
la persuasión del docente sobre los estudiantes.
Igualmente importantes son la buena
pronunciación y acentuación de las palabras y aunque los errores de sintaxis o
de construcción no son tan relevantes en la comunicación oral, el docente
deber ser cuidadoso de ellas.
Control visual.
Desde el primer momento, el docente debe
capturar la atención de la clase, para esto la vista acompañada de buena
voz son fundamentales. Pero la vista bien orientada no solamente permite
esa captación inicial, si no que ayuda a mantener la atención de los
estudiantes.
Es recomendable iniciar la exposición
concentrando la vista en alguno de los estudiantes y sostener la mirada en éste
hasta sentir que se complete la idea; y alternativamente ir mirando a los
alumnos y completando ideas de tal forma que se haga imperceptible el
movimiento de la cabeza, pero que la clase sienta que se les mira de
frente.
Esta práctica ayudará a evitar la nefasta
costumbre de hablar y mirar hacia el piso; al techo; a las paredes; al
retroproyector, pizarrón o cualquier otro recurso audiovisual que se esté
utilizando. La idea es que el docente fije comunicación visual con toda la
clase alternativamente, no debe tratar de mirarse a todos rápidamente,
alternativamente quiere decir, tomando el tiempo necesario para completar una
idea cada vez que se centra la mirada en un miembro de la clase. Además, los
alumnos que están alrededor del estudiante captado con la mirada del docente,
sienten que son objeto de observación en el mejor sentido de la palabra.
Se ha comprobado que cuando el docente
tiene un buen control visual, automáticamente sus ideas tienden a ser más
coherentes y organizadas, y disminuyen el uso de "muletillas". En los
casos de docentes con muletillas su frecuencia es mayor cuando se mira al
piso o a alguno de los medios que lo auxilian en la comunicación.
Nunca se debe mirar al vacío. Por ejemplo,
centrar la mirada entre el techo y la cabeza de los que escuchan, esto refleja
una mirada perdida o vaga que llega a afectar la percepción del mensaje
por los alumnos que tratan de conseguir la mirada del docente. Por esta
razón tampoco es conveniente utilizar lentes oscuros. Desde luego debe
evitarse la insistencia de mirar en una sola dirección, esto le hace sentir
subestimado a los demás.
Control
de movimiento y expresión corporal.
Cuando un docente expone un tema ante una
clase se genera una serie de manifestaciones físicas que bien utilizadas ayudan
al éxito de la comunicación, pero si no se controlan pueden derribar la
más brillante exposición. Algunos de los movimientos suelen ser de origen
nervioso generalmente inconscientes.
Por regla general la forma como se exhibe
el docente con sus movimientos e incluso su presencia en vestir influyen en la
efectividad del mensaje en otras palabras hay una especie de lengua; corporal
que coadyuva el entendimiento de la disertación si se sabe llevar con armonía
en la comunicación.
En las manifestaciones externas son claves
los gestos faciales, los movimientos de las piernas, brazos y manos. Parece
existir una relación entre estas manifestaciones y el miedo, y aunque éste
tiene un origen predominantemente psicológico, como que se materializa en
actitudes de balanceo del cuerpo; afincarse en un mueble; recargarse a las
paredes; jugueteo con objetos en la mano incluyendo el apuntador, acariciarse
las mano, entrecruzar los dedos y otros ademanes.
Por razones estratégicas se
recomienda no usar el puntero para señalar partes escritas en
retroproyecciones, rotafolios, etc. Primero porque cuando se deja de indicar
sirve como objeto distractor y segundo, porque es más efectivo hacerlo con el
dedo índice de la mano izquierda directamente sobre la proyección en la
pantalla colocado al lado izquierdo de lo que se señala.
En todo caso el miedo es un
estado nervioso de naturaleza transitoria y dominable. Flores y
Orozco (1988), "es una especie de energía que bien liberada puede ayudar a
transmitir el mensaje con mayor efectividad, se afirma que la mejor forma de
liberarla es a través de movimientos de las manos en concordancia y armonía con
lo que se expresa".
Para esto se recomienda mantener una
postura balanceada, esto es, descansando sobre ambas piernas entre abiertas en
forma natural; reposar los brazos con naturalidad y moverlos armónicamente
cuando se hagan gestos para imaginar cosas, ideas o palabras.
La concordancia entre los movimientos y la
expresión corporal debe seguir el curso del pensamiento; el discurso debe
progresar sin precipitaciones, con sencillez, pero con firmeza, con elegancia
pero sin actitudes presuntuosas.
Es inconveniente que algún mueble separe
al docente de los estudiantes, por lo cual no es conveniente colocarse detrás
de mesas o sillas, esto es una actitud inconsciente de esconderse detrás
de algo. Si se tiene que estar sentado, el cuerpo debe estar erecto, los pies
con caída normal sin cruzarlos y las manos apoyadas suavemente en la mesa.
Cuando el docente logra una comunicación didáctica en el aula, a
través de una adecuada modulación de la voz, un buen control visual y
apropiados movimientos y expresión corporal, las probabilidades de éxito en el
proceso de son muchos mayores por cuanto se genera una zona de coincidencia con
los estudiantes y, contrariamente si el docente no es clínico o didáctico en la
comunicación se aleja el éxito del proceso.
Sobre esta base se puede generalizar que
el proceso de aprendizaje es un acto donde predomina la comunicación entre
docente y estudiante que sólo se produce en la medida en la medida en que
aquél, el emisor (E) y estos receptores (R) tengan una amplia zona común en sus
repertorios.
En este caso la percepción
del receptor concuerda, con la del emisor y en consecuencia la continua
percepción de símbolos por parte del receptor genera en éste
modificaciones de conductas o aprendizajes.
Esta es una de las razones por las cuales
docente, más que un simple emisor de informaciones "tiene que
ser" ("no es que debe ser") un facilitador de los mensajes,
elaborando éstos, no solamente siguiendo las leyes del lenguaje (ortografía,
sintaxis y lógica), sino siguiendo también las leyes de la gerencia y sus
ciencias auxiliares (psicología, sociología, estadística, etc.).
Bibliografía:
El Docente y la Comunicación en el Aula.
http://www.monografias.com/trabajos15/comunic-didactica/comunic-didactica.shtml#ixzz3h1rBj6ZT
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